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Sesión de Pastoral Vocacional en Roma


Con el lema “Ánimo y confianza: Vocaciones de esperanza”, se ha realizado en la Casa General la sesión internacional sobre las vocaciones. Desde el 22 de junio hasta el 11 de julio, junto a otras entidades del Instituto, nos hemos reunido a reflexionar el tema de la pastoral vocacional de nuestra comunidad como Hermanos del Sagrado Corazón. De nuestra provincia, he tenido la posibilidad de participar, junto al Hno. Mario Stempel, de esta experiencia de comunión y fraternidad.


El encuentro estuvo organizado por una comisión de cuatro hermanos: Br. Ronald (Estados Unidos), Fr. Ignace (Senegal), Ir. Kiko (Brasil) y Hno. Emilio (América Austral). Ellos nos invitaron a pensar en la pastoral vocacional de cada entidad y a reflexionar como Instituto en la línea del capítulo general de 2018, que “reafirma la importancia de la pastoral vocacional y llama a todo el instituto, hermanos y colaboradores en la misión, a asumirla por medio de la oración y la acción (cf. R 175) como una prioridad durante los próximos seis años.

Con este fin, el capítulo pide al consejo general:

  • Estudiar la situación actual de la pastoral vocacional en el Instituto.

  • Procurar que sea una prioridad en cada entidad.

  • Promover entre las entidades el intercambio de experiencias, recursos, personas y programas de pastoral vocacional”.


Al principio, y como todo encuentro internacional, el desafío era poder establecer la comunicación entre las distintas lenguas. Aunque la presencia de hermanos de habla francesa era casi igual a los de habla española e inglesa, el inglés mostraba su predominio como lengua común. Sinceramente, en estas situaciones se manifiesta la fraternidad en el esfuerzo que realiza cada uno por comprender a los demás.

La sesión comenzó con un día de integración, apoyado en la creatividad de dinámicas que ayudaban al compartir. Luego entramos en dos días de retiro que nos permitieron, en un clima de oración, comenzar el camino de la reflexión vocacional. El día domingo, era de libre disposición, nos organizábamos y salíamos a recorrer Roma, aunque el “insoportable calor” fue el peor compañero de ruta, que limitaba la motivación de realizar largos paseos.


Posteriormente, se nos presentó el tema de los aspectos teóricos de la pastoral vocacional, bloque animado por los Hermanos Emilio y Mark (nuestro superior general). El primero nos ayudó a contextualizar el desarrollo de lo vocacional en nuestra comunidad, mientras que el segundo nos daba la mirada del Instituto referido a las vocaciones Corazonistas.


Y el bloque que nos llevó más tiempo fue el tema de los aspectos prácticos de la pastoral vocacional, animado por el Br. Ronald, referido a procedimientos, material y elementos a tener en cuenta cuando trabajamos en la animación vocacional; esto desde una perspectiva de los religiosos de Estados Unidos, pero que puede ser adaptada a nuestra cultura. En lo cotidiano, las misas en la casa eran cada día en un idioma diferente y las conferencias eran de mañana y tarde.


Es destacable del encuentro la dedicación y entrega del equipo organizador, estaban siempre atentos a las necesidades de los hermanos y lograron sortear con éxito las dificultades que se presentaron.



A nivel general, el ambiente vivido nos llevó a compartir nuestras diferentes experiencias en pastoral vocacional, quizá no buscando una fórmula ideal definitiva, pero sí pistas para ir caminando. Creo que una gran intuición presente en el encuentro es que “todos podemos contribuir a lo vocacional en nuestras entidades”. Esto puede ser con la oración constante por las vocaciones, pedir al dueño de la mies incesantemente; con la promoción de nuestra vocación de “hermanos”, muchas veces desconocida a nivel cultural; y con “la cercanía” a los jóvenes e intentar ir hacia ellos, así como Jesús con los discípulos de Emaús “se acercó y siguió caminando con ellos” (Lc 24, 15).


Y, finalmente, el compartir en estos días y los diferentes temas tratados nos demuestran que “hay esperanza”. Esperanza es la palabra para animar nuestra propia vocación y nuestro trabajo vocacional, esperanza que anime nuestra vida como provincia y como Instituto, esperanza para seguir caminando como Hermanos del Sagrado corazón.



Hno. Leonel Cárdenas

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