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¿Qué significó para mí el encuentro de la PUC?

La invitación al encuentro de la Pastoral Universitaria Corazonista (6 y 7 de agosto) me llegó al principio como un mensaje más entre todos los que uno recibe durante el día, entre tanta rutina y tanto correr. No me anoté enseguida, dudé. Si bien me encantan estas actividades, estaba tan encerrada en los “quehaceres” que admito que me costó un poco. Pero en un momento pensé: “¿cómo me lo voy a perder?” Y me anoté. Hoy, ya habiendo terminado el encuentro, quisiera que volviera a empezar.

Pasé un fin de semana con personas hermosas y una propuesta distinta, la propuesta de Jesús. El PUC fue dejar un poco de lado lo cotidiano y todo el lío que eso a veces puede conllevar, para permitirme respirar y reflexionar. Significó tranquilidad, paz, encuentro, familia... No hago más que afirmar que sumarme fue la mejor decisión.


El encuentro giró en torno a la figura de la Virgen María. Durante el día y medio que pasamos, fuimos viendo distintas advocaciones de la Virgen y algunos pasajes de la Biblia, reflexionando sobre cómo podemos ser más como ella. Y me pareció hermoso pensar en eso, en tener a María como nuestro modelo: por su valentía, su sabiduría, su templanza, su amor y muchas otras cualidades, pero, sobre todo, por su fe, porque ella nunca dudó en decir “sí” al plan de Dios. Y la reflexión que hicimos en torno a ello, aplicada a nuestra vida, es la de intentar renovar nuestro sí a Dios todos los días, como lo hizo María.


Además de las reflexiones también jugamos mucho, eso es indispensable. Pasamos de adivinar el personaje hasta jugar al Tutti-Frutti… me divertí muchísimo (y ni hablemos del Hermano Emilio contando chistes, no voy a decir si buenos o malos).


Cualquier persona a la que le contara todo esto podría decirme: “A la mayoría solo los conociste por una cámara, ¿cómo es que te sentiste tan en confianza?”. Si bien la primera parte sería cierta y a la mayoría de los participantes anteriormente no los conocía o me los había cruzado sólo en algún encuentro virtual, la realidad es que me sentí super querida y en casa. Porque creo que si hay algo que une, sin importar nada más, es la fe. Y poder compartirla con personas que aman a Dios y lo transmiten de la manera en que lo hicieron (tanto los coordinadores como los universitarios que participaron) fue totalmente renovador y me hizo muy bien. Venía corriendo el riesgo de estancarme un poco espiritualmente y siento que esta experiencia fue como una nueva llama para avivar el fuego en mí.




Así que agradezco infinitamente a todas las personas que estuvieron en la organización del encuentro y a todos los que también se animaron a sumarse y que me acompañaron durante esta experiencia. No puedo esperar a vivirlo de vuelta el año que viene, ojalá presencialmente.


Y te animo a vos, que estás leyendo esto, a que también te sumes a este camino de renovar tu sí a Dios todos los días y, si todavía no lo hiciste, que te des la oportunidad de conocerlo. Te prometo que es un camino de ida (y uno excelente), del cual no vas a querer regresar.


Lara Berdina Fabris

Exalumna del colegio Benito Nazar

Estudiante de primer año de Medicina

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