¿Qué nos solicitan los padres?
No caben dudas de que los tiempos han cambiado, también es una certeza que han crecido las expectativas sobre lo que esperan las familias respecto a la educación y las instituciones educativas a las que asistirán sus niños, desde algo tan simple como poner una curita hasta un nivel académico de excelencia.
Como miembro de la comunidad educativa Corazonista por más de diez años, puedo afirmar que muchas familias, más allá de lo estrictamente académico, buscan contención y seguridad. Saben que llamaremos a cada niño por su nombre y que estaremos en conocimiento de sus particularidades; también tienen la certeza de que los niños se sentirán seguros al acercarse a todo docente, sin importar el grado, porque serán tratados con el mismo cariño. Saben el compromiso que tenemos cada uno de los integrantes de la comunidad, con el foco principal puesto en la calidad humana y que uno de los pilares en los que se basa nuestra pedagogía de la confianza está vinculado a la inclusión y comprensión de cada alumno en su realidad e individualidad.
Otro aspecto importante es la socialización. Si tenemos en cuenta que cada familia cumple el rol de sociedad primaria donde los niños comienzan a vincularse y a “aprender a ser” junto con su entorno más cercano, en la escuela es donde deben convivir como individuos, cada uno con el bagaje moral y ético que trae de su hogar, pero, a su vez, formar parte de un grupo donde son esenciales las normas de convivencia y el respeto a los pensamientos diferentes. Respecto a este fundamental aspecto, los padres sienten tranquilidad al saber que están aseguradas las interacciones desde el amor, la comprensión y el respeto entre todos los actores de la institución, que contribuyen a la formación personal y al enriquecimiento en valores.
También consideramos importante que “cuando familia e institución se relacionan en armonía y complementariedad, la institución abre sus puertas para la participación de los padres y les brinda espacios para compartir su visión sobre la misma. Por su parte las familias adhieren al centro educativo, le confían sus problemáticas, respaldan sus acciones, cooperan en las iniciativas que se les proponen y buscan los espacios apropiados para dirimir las dificultades que se presentan” (Ideario Educativo Corazonista, nº 36).
La unión es tan fraterna y sincera que muchos exalumnos siguen concurriendo a nuestras instituciones como padres de alumnos o integrando grupos donde continúan ayudando a la comunidad con proyectos solidarios. Así permanecen ligados, desde el amor a Dios y su ejemplo, a la familia Corazonista.
Para cerrar y volviendo al inicio: “Cada comunidad está siempre en construcción. La comunión recibida como tarea se despliega en forma dinámica en nuestra historia, convirtiéndola en historia de salvación” (Ideario Educativo Corazonista, nº 45).
Vanina Fernández
Profesora de Primaria, Lomas de Zamora
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