Misión Cor Jesu 2023 en Uruguay
Desde el pasado 16 de diciembre hasta el 23 del mismo mes, el grupo misionero del Colegio Sagrado Corazón de Montevideo realizó su última misión en Empalme Olmos.
Para mí, fue una experiencia hermosa que fortaleció mi fe y contribuyó a acumular vivencias para mi futuro. Aunque ya había participado en la misión de invierno, ésta fue significativamente diferente en muchos aspectos. No sólo por la duración de los días, sino por la oportunidad de visitar hogares, conversar con personas y escuchar sus historias de vida, algo novedoso para mí.
Desde el primer día, pude ver a Dios en cada persona que encontré, ya sea en las familias que nos brindaron ayuda con las comidas o en mis compañeros durante las catequesis y en la visita al hogar de ancianos.
Un momento crucial que marcó para mí la misión fue la celebración de mi cumpleaños el 18 de diciembre. Aunque extrañé el calor de mi hogar y a mi familia, mis compañeros y la gente de Empalme llenaron ese vacío con gestos de amor inolvidables.
Al concluir la misión experimenté un fuerte sentido de pertenencia en Empalme. Recorrer esas calles y saludar a cada persona con una sonrisa se volvió familiar. Conocer a diversas personas que se ganaron un pedazo de mi corazón con sus gestos de amor, historias y alientos hacia mi futuro.
Para aquellos que desde afuera podrían cuestionar la decisión de pasar una semana fuera de casa, durmiendo y comiendo de manera diferente, es posible que no comprendan la profundidad de esta experiencia. A lo largo del año, descubrí que mi motivación para enfrentar la vida con una sonrisa es brindar alegría y amor a las personas. Puedo afirmar que la misión es una gran manera de demostrarlo.
Facundo Viera
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