Mi experiencia en Tinkunaco
Tinkunaco es el nombre del retiro espiritual que tuvo lugar en el colegio Sagrado Corazón de Venado Tuerto, del 10 al 12 de junio del 2022. Para comenzar, el significado de la palabra Tinkunaco es "encuentro en el amor" y el objetivo de este retiro fue encontrarnos con el amor de Jesús, ya fuera por medio de la oración o en todas las personas con las que compartimos esos días.
Yo siempre fui una persona de ver el vaso medio vacío en vez de medio lleno y constantemente buscaba ese algo más. Pero esta experiencia cambió mi forma de vivir para siempre, porque aprendí que todo lo que tengo es valioso y soy muy afortunada por toda la gente que me rodea. También me hizo entender que hay personas en las que se puede confiar y si uno no abre su corazón nunca las va a poder encontrar.
Una de las primeras actividades que hicimos fue pensar cómo te ve el otro y después cómo se ve uno mismo frente al espejo. Esto me hizo darme cuenta de que el otro sólo ve lo que uno le deja ver, pero muchas veces nuestras mejores virtudes las ocultamos para que nadie las arruine, cuando en realidad sólo uno mismo tiene ese poder. Después de eso, empecé a ser realmente yo. El segundo día el Hermano Emilio me dijo: “Hoy estás feliz, se te nota”. Este comentario me va a quedar grabado por siempre porque me hizo entender que cuando uno es realmente feliz se nota y más siendo uno mismo. Además, esos pequeños actos de ver si el otro está mal o está bien también hacen que uno se alegre un poquito más porque muestran lo importante que uno es.
Al llegar estaba triste e insegura por no saber si iba a poder abrirme, porque hablar realmente de lo que me pasa nunca es fácil para mí. Pero, por primera vez, pude abrir mí corazón y decir todas las palabras que en su momento no dije a los que me lastimaron… e intentar perdonarlos. Cuando volvimos hablé con el Hermano Lázaro y él me dijo: “Perdonar no es dejar ir, porque nunca lo vas a dejar ir, sino que es desearle el bien al otro por más que te haya lastimado”. Todavía eso es algo que no logro completamente, pero sé que cada vez estoy un paso más cerca.
Tinkunaco no es sólo un retiro espiritual, es un cambio de perspectiva acerca de la vida y acerca de uno mismo, que requiere estar dispuestos a hacerlo. Es un encuentro con Dios y entre personas que aman y son amadas por Él. En cada una de las personas que conocí sentí a Jesús, porque daban paz y amor sin esperar nada a cambio.
A cada persona que fue parte de este encuentro le doy gracias porque me mostraron que, por más que no lo vea siempre, todos somos amados y que a veces se necesita una oreja desconocida dispuesta a escuchar para aliviar el peso que uno carga. Espero que otros puedan tener esta hermosa experiencia porque realmente vale la pena.
Ana Bran
Colegio Manuel Belgrano, Temperley
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