De vuelta en misión

Felicidad, realmente felicidad. No vibra tan alto el corazón en ningún otro lugar, mi cara no expresa tanta vida en otra circunstancia… sólo de misión, cuando el corazón late con otros corazones a la frecuencia de la fe en Cristo. 

Gracias Migues por tu recibimiento, por tu apertura, por tu ilusión y tu esperanza. 

Gracias misioneros por hacerme parte de una familia bochinchera y hermosa, de risas fuertes, bromas incontables, ayuda mutua y entrega hasta el final. Gracias también por esa sensación de hogar, de pelea, de roce, de berrinche… mistura tan necesaria y fundamental para el equilibrio de las cosas.

Te amo misión. Te amo Dios. Me brilla el alma por Dios en mi comunidad. Este grupo es hogar, este grupo es pasión, este grupo es entrega… ¡Y sin dudarlo es entrega!, es compromiso, es sacarme a mí del centro y ponerlo a Dios, es compartir la experiencia de fe y acrecentarla todos juntos, es pintar una cruz cantando sus alabanzas, es abrazarnos en todo momento y judearnos hasta el cansancio. 

A mí misma me cuento cuán feliz me hace misionar, misionando no pienso en nada más. No hay dudas, no hay doble pensar, no hay correcto o incorrecto… sólo hay confiar y recibir, dar, entregar, ofrecer, amar y ser amado, recibido, aceptado, valorado, sorprendido… ¡Y sobre todo sorprendido! y no hay nada más lindo en la vida que sorprenderse y es de misión donde la vida más me sorprende, más me atrapa de guardia baja y me asalta con dulzura extrema y ternura intensa. 

Carolina Hernández

NOTA: Del viernes 26 al domingo 28 de julio de 2024 un grupo de quince jóvenes del Grupo Misionero Cor Jesu de Uruguay, acompañados por el Hno. Emilio Rodrigo, realizamos nuestra misión de invierno en el pueblo de Migues, diócesis de Canelones, a una hora y media de viaje desde el colegio. Fue la primera vez que misionamos allí, ya que estamos comenzando un nuevo ciclo de tres años. Visitamos las casas tanto el sábado como el domingo, realizamos una tarde de juegos en la plaza del pueblo para los niños, invitamos a los adultos de la parroquia a compartir una tarde juntos y celebramos con ellos la Eucaristía. Un fin de semana repleto de vida… y de misión.