60 años en Villa Gral. Belgrano
Un año especial, un año diferente y, a la vez, emotivo... Es porque la comunidad Corazonista a la que pertenezco en Villa General Belgrano, en la cual me desempeño desde hace 32 años como docente y colaboradora laica, cumple sus 60 años de historia, misionando y educando en la actualidad a niños y niñas. Digo así porque, en sus comienzos, la educación era impartida por Hermanos del Sagrado Corazón sólo a varones de los grados 5º, 6º y 7º. Luego se fueron agregando grados inferiores con la asistencia de docentes laicos.
En 1992 comenzó mi historia docente y, al igual que mis compañeras, era instruida y guiada tanto en lo religioso y espiritual como en la práctica docente que allí se impartía por los hermanos, entre ellos el Hno. Javier Lázaro, a cargo de la dirección por aquellos tiempos.
De mano de los Hermanos Guillermo, Jesús, Pascual, Félix, Gonzalo, Luis y Mario aprendimos sobre educar en la fe a los niños, basándonos en la pedagogía de la confianza para llegar al corazón de cada estudiante y procurar que se desarrollaran íntegramente como personas, a partir de sus intereses y capacidades personales.
Con respecto al plantel docente-directivo, sumamos individualidades para trabajar en equipo intercambiando experiencias, apoyándonos ante diversos desafíos, manteniendo una relación fluida, sincera y atenta en cada momento, logrando un crecimiento individual, profesional y de equipo.
Con respecto a las familias, siempre haciéndolos partícipes fundamentales en la educación de los niños, creando y manteniendo lazos de unión fraterna, siendo ejemplo de formadores auténticos y comprometidos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto así que llevamos dos generaciones de estudiantes de las mismas familias.
Durante este tiempo vivido y compartido como comunidad educativa Corazonista, hemos forjado y vivenciado valores tanto en lo académico como en lo espiritual, logrando ser reconocidos por ello. Han pasado por el colegio y sus aulas docentes temporales, otros que se jubilaron en la tarea y algunos como directivos, dejando su huella; hermanos directivos y otros que acompañaban en comunidad; alumnos que ingresaban y otros que partían para volver a visitarnos ya como adultos; otros que fueron padres y ahora envían a sus hijos al colegio y los que no volvieron más… pero de algo estoy segura: que en sus corazones albergaron a Jesús y que Él está acompañándolos siempre, porque formaron parte de esta gran familia Corazonista.
Desde hace siete años el colegio ya no cuenta con hermanos permanentes en la institución. La dirección está a cargo de compañeras docentes y contamos también con nuevas colegas, a las cuales debemos guiar y acompañar como lo hicieron con nosotras los hermanos en mi tiempo, para continuar con la misión que se propusieron nuestros fundadores.
Orgullosa y agradecida de ejercer mi vocación docente como colaboradora laica de la congregación de los Hermanos del Sagrado Corazón y de celebrar seis décadas de su llegada a nuestras sierras cordobesas... ¡Feliz aniversario mi querido Colegio!
Graciela Mirta Martinez
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