Testimonios de la Sesión Internacional del Carisma 2019 (II)
“Me presento, mi nombre es Florencia Alarcón y soy docente de Inicial en el Colegio Belgrano de Temperley. Hace aproximadamente cinco años que pertenezco a la familia Corazonista y este año tuve la oportunidad y privilegio de participar en la Sesión Internacional del Carisma. A continuación, les trato de contar mi experiencia en el SIC.
Voy a comenzar con la invitación en octubre de 2018, cuando mi directora me llama para conversar y contarme que había sido elegida para participar de la sesión. En ese momento mi sorpresa fue grande, ya que no me sentía capacitada para representar al Colegio. Pasados unos días, tuve la oportunidad de reunirme y conversar con el Hno. Lázaro quien, con su sabiduría, formalizó la invitación y a su vez dio respuesta a mis interrogantes, animándome y dejándome ver que era Dios quien me estaba convocando. Esa charla disminuyó mi ansiedad. Dios es mi pastor y me dejé guiar para poner al servicio de los otros los dones que él me dio.
En el mes de febrero del 2019, llegó a mi casilla de correo el mail del Hno. Emilio Rodrigo con la circular de invitación. Mis emociones y expectativas volvieron a decir presente conforme leía el comunicado. El tiempo pasó y los nervios me acompañaron los días previos, mientras organizaba mi valija para ingresar. No saber lo que me esperaba aumentaba mis ansiedades.
Finalmente llegó el día, el domingo 28 de abril a las 19:00 hice mi ingreso a la SIC. El primer rostro que me recibió fue el del Hno. Emilio, con su sonrisa característica me dio la bienvenida en el callejón del Colegio. Esa tarde/noche se hizo oficial la apertura de la Sesión Internacional del Carisma 2019, con la presentación de todos los participantes. Debo confesar que, hasta esa instancia, dentro de mí sentía una mezcla de emociones junto con los nervios, mis fieles compañeros. Mis expectativas, ese imaginario que me había hecho, estaban a punto de ser develadas.
Pero algo sucedió, las palabras del Hno. Claudio (Brasil) y del Hno. Lázaro hicieron que la burbuja de sentimientos se disolviera como una pompa de jabón. De inmediato me dejé abrazar y contener por Dios, sentí que era Él quién me estaba dando la bienvenida. Es difícil de explicar con palabras lo que viví a partir de ese momento, porque me sentía feliz, tranquila…; el sentido de pertenencia y confianza con mis compañeros de sesión se hizo presente de inmediato.
Estaba en familia, la fraternidad fue parte del clima que viví. No sólo compartíamos el ser educadores Corazonistas, sino también la pasión y la vocación, siendo el pilar de nuestra tarea el legado de nuestro fundador. Experimenté el carisma Corazonista en cada uno de mis colegas, cada uno desde su lugar lo construye y lo recrea en los niños y jóvenes de nuestras instituciones.
El idioma, la cultura o las costumbres no fueron impedimentos para estar abiertos al diálogo y relacionarnos, ya que nuestro objetivo era y es el mismo: tenemos el desafío de acercar a nuestros alumnos a Dios. No en vano poseemos un símbolo que nos une, identifica y nos invita a ser misioneros de la Palabra de Cristo con confianza y convicción. Para así dar respuesta a los obstáculos que esta época pone en nuestro camino, como lo hizo nuestro fundador, el Padre Coindre, en su época.
Cada uno de los hermanos expositores, con su particular carisma, me invitaban a la reflexión. No sólo sobre mi vocación sino también sobre mi relación con Jesús. Fueron días intensos, llenos de espiritualidad.
Continuaría escribiendo para tratar de describir lo que sentí al ser parte de la SIC; cómo Dios con su guía me acompañó y acogió. Reitero es muy difícil de explicar lo vivido, porque hay que vivirlo. Doy gracias por haber sido escogida, por haber convivido con los hermanos y la comunidad Corazonista de diferentes lugares. Creo que una forma de dar testimonio es transmitir a mis colegas y niños la Palabra de Dios, escucharle, ofrecerle mi corazón, tener compasión, apelar a la pedagogía de la confianza y vivir en comunión. Ser Corazonista en acción.
Gracias por ésta hermosa e inolvidable experiencia… ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!”
“Soy Alejandra Massone, Vicedirectora de Secundaria del Colegio Belgrano de Temperley. A comienzos de este año fui convocada para participar de la Sesión Internacional del Carisma a realizarse en Argentina. Al momento de la convocatoria tuve una infinidad de sensaciones… desde la emoción de compartir vivencias con Corazonistas de otros países hasta incertidumbre, ansiedad y algo de temor de dejar toda la estructura y organización familiar por 15 días.
Finalmente llegó el día, 27 de abril de 2019, ya estábamos todos juntos para iniciar este camino que sería inolvidable. Los días comenzaron a transcurrir cargados de emociones. Reconocer en mis compañeros las mismas sensaciones cotidianas que yo experimento en mi colegio fue enriquecedor. Confirmar que el carisma del Padre Andrés nos empapa de la misma forma, independientemente de dónde estemos, en qué país vivamos o en qué colegio trabajemos, me llenó de emoción. Poco a poco creamos y fortalecimos vínculos entre nosotros que afianzaron el amor que le tenemos a nuestro Gran guía, nuestro Sagrado Corazón.
Me llené de experiencias hermosas, momentos inolvidables, risas, llantos, emociones, alegría de compartir… Me pregunté varias veces: ¿por qué estoy aquí en este momento? Y la respuesta se me repetía una y otra vez: será que Dios quiere que continúes con tu trabajo con los jóvenes, será que Dios quiere que continúes tratando de mostrarles a los jóvenes de tu colegio que Sí hay otras formas de vivir la vida y la fe en Dios. Y esto, en el contexto del Carisma que compartimos, es mucho más bonito y gratificante.
No tengo más que palabras de agradecimiento a los Hermanos del Sagrado Corazón por este espacio que nos regalan a los docentes que vivimos día a día el carisma desde nuestro puesto de trabajo. Cada momento fue inolvidable, cada actividad cobraba sentido una y otra vez a medida que pasaban los días, la sensación de paz y alegría se acrecentaban en cada situación. Los vínculos que se crearon con mis compañeros siguen dando sus frutos y el amor al Sagrado Corazón crece día a día, al ofrecerle mi trabajo y hacer lo mejor que puedo en cada momento. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.”