En la Sesión Internacional de Roma
En la semana del 25 al 31 de marzo tuve el privilegio de participar en la Sesión Internacional de Roma para la Preparación de la Profesión Perpetua (SIR – PPP), que se realiza todos los años en nuestra Casa General con una duración total de cuatro meses. Es el esfuerzo de nuestro Instituto para que los hermanos que están preparando su consagración definitiva al Señor, puedan hacerlo de la mejor manera. Esta instancia formativa se desarrolla desde hace más de diez años y, en los últimos tiempos, tiene la particularidad de que también participan algunos hermanos Javerianos (un instituto similar al nuestro pero que, por su tamaño, no puede organizar por sí solo una propuesta de este tipo). A lo largo de las semanas muchos hermanos perpetuos participan para realizar su aporte, este año hemos sido unos veinte, normalmente una semana cada uno.
El tema que se me propuso presentar fue “Los desafíos de un hermano en el siglo XXI”, dicho en otras palabras: ayudar a tomar conciencia a nuestros hermanos de los desafíos que les esperan en la vida religiosa después de su profesión perpetua. Dividí mi presentación en cuatro partes: introducción, espiritualidad, fraternidad y misión. Mi intención general fue transmitir la idea de que nuestra vocación es un camino con Cristo, que los votos perpetuos no son un punto de llegada, sólo un paso más en esta peregrinación que dura toda la vida. Y, desde esta perspectiva, ayudarles a asumir su propio camino espiritual, con sus características únicas; a asumir que deben ser parte activa de la vida comunitaria, responsables de las relaciones que establezcan con sus hermanos y con el resto de las personas; y a asumir que, dentro de la misión del Instituto y de lo que les pida la comunidad, ellos también deben identificar aquello a lo que el Señor los está llamando.
El estilo de presentación fue muy testimonial y participativo. Los quince sesionistas de este año se mostraron, en general, muy receptivos y dispuestos a compartir. Por afinidad e idioma pasé más tiempo con los hermanos de Brasil, Thiago y Rudi. Los hermanos del equipo organizador estuvieron atentos a todo lo necesario, fueron muy cercanos y participaron también de los encuentros. El clima de la Casa General, como siempre, muy acogedor y agradable. Le debo un agradecimiento especial al Hno. Denis por su compañía y disponibilidad en todo momento.
Como dato curioso, tuvimos la posibilidad de participar de una visita a los “Scavi”, que son las excavaciones que existen debajo de la Basílica de San Pedro. En el monte Vaticano en tiempos pre-cristianos había una necrópolis, es decir un conjunto de mausoleos para enterramientos de familias adineradas. Cuando se mandó construir la primera basílica en el siglo IV sepultaron dichos mausoleos y construyeron encima. Hoy en día se puede visitar una parte de dichos mausoleos que están bajo tierra y han sido desenterrados. El momento más significativo de la visita es poder rezar ante la tumba de Pedro, debajo del altar mayor.
En resumen, me siento muy agradecido de haber podido tener esta experiencia y espero que mis presentaciones hayan sido de utilidad. Les pido que nos acordemos de rezar por estos hermanos nuestros. Aunque no los conozcamos personalmente ellos son el presente y el futuro del Instituto, y que tendrán que vivir, sin lugar a dudas, una vida religiosa llena de desafíos.
Hno. Emilio Rodrigo