Recordamos al Hno. Roberto Langlois
A un mes de su fallecimiento recordamos al Hno. Roberto Langlois (o Tomás, como era su nombre de profesión religiosa), ya que el pasado 30 de octubre nos llegaba la triste noticia de su partida a la Casa del Padre, a los 92 años de edad y 76 de vida consagrada.
Se destacó por su servicialidad, atención y delicadeza con todos. Sin duda una gran abnegación y vocación misionera fue la que le impulsó a tejar su tierra natal para ejercer su apostolado educativo en Chile por 55 años (a donde llegó un 9 de septiembre de 1954). Su vida espiritual de amistad con Cristo era la fuente de su serenidad y de su entrega generosa.
En enero de 2010, teniendo presente que en breve iba a regresar definitivamente a Canadá, dirigió unas palabras de despedida a los Hermanos con ocasión de nuestro retiro anual. Lo hizo con un crucifijo en la mano, réplica del que el Hno. Policarpo entregara a los cuatro primeros misioneros del Instituto, que en 1846 partieron de Francia hacia Estados Unidos. Recordamos algunas de esas palabras:
“Al hacer la entrega de un Cristo crucificado, el Hermano Policarpo además de poner a los hermanos y su misión bajo el signo de la cruz de Cristo con el Corazón traspasado, les estaba respondiendo anticipadamente sus preguntas: su tarea evangelizadora brotaba de este Jesús. Ese es su gran legado y herencia: Las obras del Instituto, la vida de los hermanos, etc., tienen su fuente en Jesús, clavado en la cruz y con el costado abierto. Ese Corazón que tanto ha amado a los hombres, es la fuente del impulso evangelizador”.
El fallecimiento del Hno. Roberto coincide con la fecha de fundación del Instituto en Chile en 1945. Todo un signo de la vida entregada, como pequeña semilla, que hoy vive en tantas personas en su patria adoptiva.
Agradecemos a Dios por habernos enriquecido con la vida del Hno. Roberto y le pedimos que ahora la haga plena para siempre a su lado.