¡Felices 90, Hermano Andrés!
Con un mes exacto de retraso (pues su cumpleaños fue el 22 de enero) hacemos llegar por este medio nuestro saludo y reconocimiento al Hno. Andrés Mercier, quien ha cumplido sus jóvenes 90 años y goza de una salud física, emocional y espiritual impresionantes. En este momento es el decano de la Provincia y un gran ejemplo para todos.
El Hno. Andrés nació en Canadá y viajó como misionero a Chile donde vivió casi toda su vida. Sus últimos años allí los paso en la “Aldea Mis Amigos” en la localidad de Peñaflor. Se trata de un hogar de niños que han sido derivados allí por el poder judicial, debido a que no están dadas las condiciones para vivir en sus familias. Posteriormente, cuando culminó la presencia de los Hermanos en dicho país, el Hno. Andrés se integró a la comunidad de Venado Tuerto, donde se ha hecho querer por sus numerosos servicios, así como por su riqueza espiritual y sencillez de vida. Especialmente digno de destacar es el empeño con el que ha atendido estos años a otros Hermanos mayores, que estaban postrados o no podían valerse por sí mismos.
Fiel al llamado de buscar continuamente a Dios, quiso hacer de su celebración un momento de compartir espiritual entre los Hermanos. Él mismo nos cuenta sobre cómo vivió este aniversario:
“Antes de iniciar el almuerzo, los diez Hermanos de Buenos Aires Capital y Provincia, hicimos referencia a nuestro Carisma, visto particularmente desde el ángulo del espíritu familiar – caridad fraterna, como don y herencia. Vimos como el Padre Andrés Coindre no perdía oportunidades de servir a su prójimo según los dones recibidos de Dios. Alguien remarcó como obra del Hno. Policarpo el dar una forma jurídica – espiritual a todo esto y como llegó a cada uno de nosotros, gracias a la bondad providencial recibida y vivida por los Hermanos que nos rodean cada día. Don y herencia que exigen de nosotros la acción de gracias y la fidelidad cotidiana.
Agradezco a todos mis Hermanos por sus oraciones, presencia y regalos. Un 22 de enero de 2017 memorable: hablamos y vivimos el espíritu de familia – caridad fraterna en palabras, hechos, festejos, alegría y acción de gracias. A Superiores y Hermanos: mil gracias y bendiciones divinas”.
Felicitaciones y un gracias enorme al Hermano Andrés, por su vida de entrega fraterna y su testimonio constante.