El Hno. Policarpo nos habla

Un día como hoy, 16 de septiembre, pero de 1827, Hipólito Gondre toma el hábito de nuestro Instituto y se convierte en el Hermano Policarpo. Para conmemorar esta fecha compartimos algunos pensamientos extraídos de sus escritos:

1. En todo momento sed dueños de vosotros mismos. Cuando corrijáis, actuad de forma que los niños puedan ver en vosotros a un padre que debe mostrarse severo muy a pesar suyo.

2. Me resulta muy agradable observar vuestros progresos en la vida religiosa y veros pasar, a ejemplo de nuestro divino Modelo, de la oración a la acción y de la acción a la oración.

3. Verdaderamente, queridos hermanos, habéis realizado grandes progresos. Puedo incluso decir que el tallo que ha crecido bajo los rayos vivificantes del sol de la gracia ha dado ya flores y frutos. Vuestro celo, sobre todo con los niños, se ha desarrollado de forma admira­ble.

4. Aunque todavía estáis lejos de haber llegado a la perfección, estáis en el buen camino. Seguid adelante sin tregua y cada vez con mayor ímpetu.

5. Las épocas de prosperidad que no van acompañadas de dificultades me producen inquie­tud porque sé por experiencia que las pruebas y las adversidades no faltan nunca en las obras de Dios.

6. Cuando nos encontremos en momentos difíciles pensemos que Dios quiere darnos la ocasión de experimentar nuestra dependencia de él y lo poco que somos sin su ayuda. No desaprovechemos estas ocasiones, encomendémonos entonces a Dios y caminemos hacia adelante.

7. Actuad con la confianza, la tranquilidad y la sencillez de los niños. Nuestro padre celestial quiere ser servido con bondadosa alegría de corazón.

8. Mis amados hermanos, mis buenos amigos, mis queridos hijos, sois como la niña de mis ojos y deseo que en vuestros días reine la verdadera felicidad que os anticipe ya la alegría de los bienes del cielo.

9. Vivid del Espíritu de Dios, así os sentiréis inundados por la verdadera luz, se desvanecerán en vosotros las tinieblas del pecado como se disipa el humo con el viento y ninguna nube de tristeza ocultará la serenidad de vuestra alma.