Aniversario de nacimiento del Hno. Policarpo
Un 21 de agosto de 1801 nace y es bautizado Juan Hipólito Gondre quien, al ingresar en el Instituto de Hermanos del Sagrado Corazón, adoptó el nombre de “Hermano Policarpo”.
Su Acta de nacimiento expresa que nació “a la una de la tarde, hijo de Jean Gondre, albañil domiciliado en La Motte, y de Victoire Gonsalin. Se constata que la criatura es un varón. Primer testigo, François Pascal, hijo; segundo testigo, Joseph Marron. Ambos son labradores con domicilio en Les Héritières, aldea de este municipio. A solicitud formulada a nos por Jean Gondre, padre del niño. Firmaron Pascal, Marron, y Jean Gondre. Verificado conforme a ley por nos, Pierre Escalle, alcalde de La Motte, ejerciendo las funciones de oficial público del estado civil”.
En un día como hoy podemos conocer más al Hermano Policarpo y revivir su camino espiritual, rezando esta oración que él mismo escribió:
Amado Jesús mío:
¡Ojalá tuviera un corazón semejante al tuyo!
Que yo comparta tu bondad,
y el encanto de tu mansedumbre y de tu humildad.
Que tenga también tu celo que se inmola por la gloria de Dios,
que se entrega por la salvación de las almas.
Si no se me concede tal favor, quiero, al menos,
establecer mi morada en ti, sacar de ti mi fuerza y mi felicidad.
Sólo tú eres mi vida, mi esperanza, mi bien.
Salvador mío,
hazme comprender ímpetu y la amplitud de tu amor por mí.
Dígnate permitir acercar los labios a tu divino Corazón,
a esa fuente de vida de donde fluyen tantas gracias.
¿Me será permitido, dulce Jesús mío,
escogerte como lugar de mi descanso
de donde nunca vuelva a salir?
¿No será demasiada temeridad y presunción por mi parte?
Quiero asemejarme a ti, Jesús crucificado,
devolverte amor por amor,
incluso al precio de los mayores sacrificios.
Con el auxilio de tu gracia, mi divino Salvador,
quiero tender a la abnegación de mí mismo
esforzándome por preferir siempre
el sufrimiento a los atractivos de la vida, la pobreza a las riquezas,
el rebajamiento y los desprecios a los honores y a la buena fama.
Por tanto, Jesús, graba en mi corazón estas palabras tuyas :
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz de cada día y sígame”.
Vble. Hno. Policarpo: Positio, páginas 440 y 437