El nombre de Dios es Misericordia
Estamos en Semana Santa y además seguimos viviendo este tiempo especial del Jubileo extraordinario de la Misericordia ¿Qué mejor ocasión para compartir con ustedes este libro publicado por el Papa Francisco: “El nombre de Dios es Misericordia”?
El libro fue presentado el 12 de enero de 2016 y se trata de un libro-entrevista del Papa Francisco con el periodista italiano Andrea Tornielli. Su publicación ha sido simultánea en 86 países y fue presentado en Roma por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin y por el actor Roberto Benigni.
El volumen, que lleva la firma del Papa en la cubierta de las ediciones en italiano, español, francés, inglés y portugués, se articula en nueve capítulos. Comienza con ''El tiempo de la misericordia'' y concluye con ''Para vivir bien el Jubileo''. A lo largo de los otros siete capítulos Francisco dialoga con Andrea Tornielli -con quien habló durante cuatro horas este verano en la Casa de Santa Marta y que le planteó cuarenta preguntas- sobre diversas cuestiones cuyo hilo central es la misericordia, ''carnet de identidad de Dios'', como afirma el Pontífice. La confesión que no es ''ni una tintorería, ni una tortura'' y debe fundarse en la escucha y no en el interrogatorio; el reconocerse pecadores, la condena de la Iglesia del pecado pero el abrazo al pecador, el reconocimiento del Papa de que él también necesita la misericordia divina, la necesidad de levantarse después de la caída, la constatación de que la lógica de Dios es una lógica de amor, son algunos de los argumentos afrontados por el Santo Padre.
No olvida tampoco en el capítulo 7 recordar que la corrupción es un pecado elevado a sistema, ni reiterar más adelante que la compasión vence la globalización de la indiferencia, mientras advierte poco antes de acabar el volumen que practicar obras de misericordia es la piedra de parangón de los cristianos.
En el libro, considerado ya por muchos una síntesis del magisterio y del pontificado de Francisco, el Santo Padre explica al vaticanista del diario italiano ''La Stampa'', sirviéndose de sus recuerdos de juventud y de episodios relacionados con su experiencia de pastor las razones que le han llevado a convocar un Año Santo de la Misericordia, palabra clave de su enseñanza.