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¿Eran reyes y magos los Reyes Magos?


Cada 6 de enero la Iglesia celebra el “Día de los Reyes Magos”, fecha cuyo nombre real es fiesta de la “Epifanía”. Es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV.

“Epifanía” es una palabra griega que significa "manifestación", en este caso se refiere a la manifestación de Dios. Evidentemente Jesús se reveló a sí mismo muchas veces a lo largo de su vida: en el bautismo en el Jordán, en su primer milagro en las bodas de Caná, en la transfiguración, en los milagros… incluso para el soldado romano que estaba al pie de la cruz fue una epifanía ver cómo moría. Por tanto hay muchos episodios que podríamos considerar epifanías. Sin embargo la tradición ha hecho que sea este momento, la visita de los “reyes magos”, al que se le atribuye especialmente ese nombre.

El “Día de Reyes” la Iglesia celebra la primera manifestación de Dios ante los pueblos paganos. A decir verdad los tres reyes magos no eran tres, no eran reyes, no eran magos y ni siquiera se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar.

El término que la Biblia (en Mateo, capítulo 2) utiliza para nombrarlos indica más bien astrónomos, adivinadores o incluso sacerdotes de religiones que rendían culto a las estrellas. Eran hombres sabios sin duda, astrónomos, que venían de lejos. Ellos representan la sabiduría de los demás pueblos, las antiguas creencias paganas, que vienen ahora a postrarse ante este gran Rey que ha nacido. La propia naturaleza, simbolizada en la estrella de Belén, se orienta hacia el Salvador del mundo. Estos sabios de oriente superaron sus creencias primitivas para reconocer al Mesías.

Hemos dicho entonces que no eran “magos”. Sin duda tampoco eran “reyes”. Tal vez se les empezó a llamar así para expresar que eran personas muy importantes y destacadas.

No eran tres, o al menos no lo sabemos. Pero como la Biblia narra que ofrecieron tres regalos, se asumió que debían ser tres personas. Finalmente sus nombres tampoco podemos saber cuáles fueron, los nombres tradicionales que les damos hunden sus raíces en la leyenda.

Lo que sí tiene asidero bíblico son los dones que ofrecieron a Jesús, y de ellos la Iglesia hace una lectura simbólica: el oro es signo de la realeza de Jesús, el incienso de su divinidad (pues se quemaba para los dioses) y la mirra de su humanidad (ya que era una resina que se usaba para hacer perfumes y medicamentos).

La tradición de que los Reyes Magos traen regalos a los niños en esta fecha es una clara derivación del relato evangélico. Que luego se fue completando con otros añadidos, como la cabalgata de Reyes, la carta, etc.

Para los cristianos es una fiesta de gran valor espiritual, pues nos recuerda como todos, independientemente de nuestro origen, estamos invitados a buscar la verdad y al descubrir a Jesús postrarnos ante él para darle lo mejor de nosotros mismos.

Y además siempre es lindo recibir regalos.

¡FELIZ DÍA DE REYES!

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