¿Qué es el voto de pobreza?
“Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3).
Querido/a Corazonista, en nuestra Regla de Vida, podemos leer:
“La pobreza de corazón
nos abre a la ternura de Cristo,
nos hace accesibles y acogedores
hacia todos,
nos dispone al respeto de cada persona
en su propio crecimiento y vocación única” (Rdv 86).
El espíritu de pobreza, nos ayuda a vivir con lo necesario, nos libera de la avaricia, nos abre a la generosidad, nos hace solidarios con los hermanos, nos llena de confianza en la providencia de Dios, nos permite aspirar a los bienes espirituales, nos abre a la alegría, contribuye a priorizar lo importante, nos permite ver lo bueno de cada persona, nos compromete con los hermanos.
Vivimos en la sociedad donde se necesita dinero para cubrir las necesidades básicas de la vida. Pero existe la tendencia a buscar mayor seguridad para el futuro y esto nos conduce a acumular dinero o cosas, que con frecuencia nos ciegan para percibir los bienes más elevados.
En la vocación de los laicos la pobreza se vive en la sobriedad, orientando las cosas materiales para el bien de la familia y contribuyendo a la construcción social.
En la vida consagrada de hermano, la pobreza se hace en disponibilidad. En la entrega dejamos que Cristo se adueñe de nuestra persona, para que nos enriquezca y nos haga servidores de los hermanos. Todo esto lo expresamos explícitamente con el voto de pobreza, que nos lleva a la renuncia de disponer de cualquier bien temporal. Esto nos permite liberar el corazón y a entregárselo al Señor.
“Cristo nos enriquece con su pobreza” (2 Cor 8, 9). El testimonio de Jesús, nos seduce y se convierte en la única riqueza de nuestra vida. Todo lo esperamos de Él, confiamos en Él, que se hace don para nuestra vida. Esto nos compromete a entregar nuestra vida para que Él disponga de nuestro ser según su voluntad.
Que Dios te bendiga.
Hno. Leonel Cardenas y Hno. Javier Lázaro
Equipo de Pastoral Vocacional