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Encuentro internacional en Lima sobre el Carisma Corazonista


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En el mes de mayo se realizaron en Lima, Perú, dos sesiones de formación conjunta para Hermanos y laicos corazonistas. La primera fue del día 5 al 15 y la segunda del 19 al 29. Participaron representantes de España, Colombia, Perú, Brasil y América Austral (Argentina, Chile y Uruguay).

De nuestra provincia participaron: Hno. Leonel Cárdenas (de Temperley), Romina Cuenca (de Lomas de Zamora) y José Antonio López (de Montevideo) en la primera sesión. En la segunda sesión nuestros representantes fueron: Hno. Roberto De Luca (de Venado Tuerto), Claudia Paladino (de Temperley) y Nancy Gigena de Villa General Belgrano. Les dejamos sus testimonios personales y algunas fotos para compartir su rica experiencia.

Testimonio de José Antonio López (Montevideo):

En Lima en Mayo nos encontramos gentes de varios países, Brasil, España, Argentina, Colombia, Chile y por supuesto… Uruguay. Historias muy distintas, culturas que aunque la mayoría comparte idioma, en los modismos, en las costumbres y en las coyunturas se dan distintas… Las obras que sostiene el Instituto de Hermanos en todos esos países también tienen características e historias distintas… Hasta aquí podríamos decir que el encuentro de Carisma de Perú 2015 traía un bagaje de historia enorme para compartir entre los participantes, pero justamente lo que vivimos superó el simple “encuentro de culturas”.

Ya a pocas horas de convivencia y presentadas las primeras sesiones de material nos dimos cuenta que hablábamos “un idioma” en común, algo que nos unía a través justamente de todo lo que nos separaba. Más aún la sorpresa, cuando junto descubrimos revisando en el pasado y en documentos y testimonios que nos quedan de legado como las cartas de Coindre por ejemplo, ese “idioma” se mantenía intacto!

Ante las dificultades, caídas, vueltas de la historia, conflictos bélicos, internos, externos, etc…, un espíritu se suscita y pasaba de persona a persona, generación tras generación, hasta el hoy, en Perú, Argentina, Uruguay, Colombia, Brasil, etc…

No son las obras edilicias lo que terminaban ganando al tiempo, sino ese idioma común que las creaba, mantenía, cambiaba, re formulaba, convertía, hacía crecer, dejaba generosamente a otros en algún momento también…

Esa forma de comunicación, ese “idioma” es lo que constatamos también cuando visitamos el Puericultorio (una escuela que contiene a huérfanos en Lima) o Fe y Alegría (un Colegio inserto en una zona marginal de Lima) pero también en las obras de todos esos países que compartimos en 2 semanas.

Estaba presente no en las estructuras edilicias (de ellas nos servimos claro esta!), sino en la gente, en Coindre, en Javier, en Policarpo, pero también en los docentes del hoy, en las familias que confían como una extensión de su hogar el colegio, en el apego de los ex alumnos, que vuelven porque se sintieron amados… Finalmente encontramos la palabra que cuadra: ¡CARISMA!

Si nos hubieran pedido definirla el primer día… no sabríamos que decir sino una definición tan corta y poco vivida como u diccionario limitase. Al final del encuentro la definición estaba marcada en nuestros corazones nuevamente, el CARISMA CORAZONISTA, es una forma de amar a los jóvenes, de relacionarnos, de comunicarnos, de cuidarnos y de soñarnos con los ojos de Dios, que tenemos en nuestros colegios y obras, una forma de transmitir ese amor del Padre que nos ha acompañado y que “otros” (hermanos, docentes, animadores, coordinadores, etc!!!) nos hicieron sentir en estos lugares (lo afirmo como ex alumno!).

Fueron dos semanas intensas de trabajo y convivencia, si!, sin dudas, pero fueron más, fueron dos semanas de “GRACIA” y con mayúscula!, donde Dios nuevamente nos regaló, la gracia de la Comunión, en un espíritu que se suscitó en Coindre, pero que continúa por Hermanos y laicos que en el día a día, se dan, se gastan, envejecen, se exprimen, con alegría, con generosidad!, con una sola consigna, amar con un corazón distinto, vivir con un regalo increíble, algo que regalar a otros, con el CARISMA CORAZONISTA.

Testimonio de Romina Cuenca (Lomas de Zamora):

En mis quince años de trabajo en Lomas de Zamora, nunca había experimentado una vivencia igual. Desde el primer día me sentí amada y muy valorada y con el correr de los días entendí el sentido de la frase: “si amamos nos sentiremos llamados a servir” y entonces comprendí el motivo de este llamado de Jesús que me llevó hasta Lima... ser testimonio del Carisma, darlo a conocer con mis gestos y acciones; porque haciéndolo recibiré siempre más de lo que doy y poniendo el corazón ante cada nuevo desafío, ante cada pedido de ayuda de mis alumnos que son para mí el rostro del mismo Cristo. Gracias a todos los que hicieron posible este: COMPARTIR EN COMUNIDAD CORAZONISTA!!!

Testimonio del Hno. Leonel Cárdenas (Temperley):

Fue un momento de compartir hermanos y laicos, profundizar la vida del P. Andrés Coindre (fundador) y del Hermano Policarpo (segundo fundador) y de nuestros primeros Hermanos del Sagrado Corazón, que nos heredaron un carisma que debemos vivir y compartir.

Fue un momento de estrechar lazos con otros colegios corazonistas presentes en el continente, y aunque no nos conocíamos parecía que siempre hubiésemos trabajo en la misma institución. En definitiva todos teníamos mucho en común.

El compartir experiencias con los laicos ha sido enriquecedor. En la sesión se complementaban horas de trabajo y estudio con horas de paseos y excursiones.

Además, para mí fue especial, poder estar nuevamente, en la casa del noviciado, donde 10 años atrás había vivido, junto a mi comunidad de noviciado. Gratos recuerdos se me vinieron al corazón, y muy contento de saber que siguen jóvenes hermanos formándose como novicios.

No puedo dejar de mencionar toda la dedicación de los hermanos de la casa del noviciado, así como los hermanos de la delegación de Perú, que siempre hicieron todo lo posible para que cada uno de los sesionistas se sintiera como en casa.

Al finalizar me quedó con la sensación de un gran compromiso de hermanos y laicos, para continuar con el legado de nuestros fundadores, en una misión compartida, siempre bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús, siguiendo en nuestra tarea evangelizadora en la educación de los niños y jóvenes que nos son confiados.

Muy agradecido…

Testimonio del Hno. Roberto (Venado Tuerto)

La comunidad me regaló una hermosa oportunidad de compartir una convivencia en torno a nuestro carisma congregacional, del 19 al 29 de mayo. Se llamó Encuentro en el Carisma, y fue en Lima, en la casa de formación que la Conferencia de América Latina y España tiene en la calle Hermanos Catari. Participamos quince corazonistas entre hermanos (3) y laicos colaboradores (12), además de los hermanos de la casa (dos novicios colombianos, el maestro de novicios H. Jean Paul, el H. Anastasio y el H. Kiko ayudante del noviciado, de la Pcia. de Brasil).

Casi diría que fue unemprendimiento arqueológico que supo congeniar fe y ciencia, fe y vida. Coordinados sabiamente por el Hno. Ramón Luis, los hermanos Felipe Álvarez y Jean Paul Valle, nos pasearon arqueológicamente por el carisma originario del P. Andrés y, todoslo fuimos profundizando y cotejando con nuestra respuesta actual en las distintas entidades convocadas: Provincias de España, Colombia, Brasil, AMA y distrito de Perú. Respuesta actual que se nos delineó a partir de los desafíos que el último Capítulo General nos planteara.

En un ambiente de fraternidad, de distención, sin apuros ni urgencias, fuimos penetrando en lo profundo a partir de hechos históricos e interpretaciones en que, sin ningún lugar a dudas, el Espíritu se hizo presente.

Con escobillas, punzones y carretillas, fuimos eliminando el polvo que el tiempo y la rutina fueron depositando en nuestras obras y en nuestros corazones. Cada uno de nosotros se ha visto en este camino en algún lugar en el que su compromiso personal lo ha colocado… pero, no cabe duda, que el Espíritu, en el transcurso de la sesión y, sobre todo al final, nos ha impulsado a quemar las velas para seguir la senda del P. Andrés y de nuestros primeros hermanos y colaboradores.

Derrotero lleno de dificultades y obstáculos que, gracias a la acción de Dios y de hombres comprometidos (hermanos y colaboradores), ya desde los inicios, se ha transformado en una gran familia donde todos tenemos un rol de servicio en la misión evangelizadora de la Iglesia con un estilo propio de vivir, creer y difundir el Amor de Dios manifestado en el Corazón de Cristo.

La visita a Pachacámac[1] me enseñó mucho. Fue como ver el sueño originario del P. Andrés redescubriéndose a la vista de los nuevos visitantes, gracias a la acción denodada, profesional y testimonial en un caso de arqueólogos, en otro, de hermanos y colaboradores, para mostrar al mundo que la vida en el espíritu se trasciende, aunque a la luz de los tiempos deba actualizarse sobre la base de una esencialidad indispensable.

La intuición del P. Andrés, la desorientación del P. Vicente, las agallas del H. Xavier, la providencialidad del H. Policarpo, sin olvidar esos colaboradores anónimos que apoyaron el sueño del P. Andrés, son base sobre la que sustentamos nuestra accionar moderno, de estilo simple, acogedor, fraterno… ¡un estilo con espíritu de familia!

Personalmente, estoy agradecido al Señor por haberme permitido, además, compartir esta experiencia desde nuestra Provincia, con Nancy Gigena (de Villa Gral. Belgrano) y M. Claudia Paladino (del Belgrano, de Temperley), quienes me han hecho valorar aún más nuestro estilo de vida corazonista por su testimonio cálido y su disponibilidad generosa.

([1]Pachacámac es un sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Lurín, muy cerca al Océano Pacífico. Allí se hallaba un antiguo oráculo de la época prehispánica construido básicamente con ladrillos de adobe, que, a la par que el Cuzco en la sierra, era en la costael principal lugar del culto de la época al dios Pachacámac, al que se le atribuía la creación del universo y de todo lo que éste contiene.)

Testimonio de María Claudia Paladino (Temperley):

No dudé ni un minuto cuando me invitaron a participar de un encuentro internacional de docentes corazonistas. La propuesta parecía interesante: “Profundizar en el carisma corazonista y en la persona de su fundador: el padre “Andrés Coindre”.

Partimos de Buenos Aires junto al Hermano Roberto de Luca, de Venado Tuerto y Nancy Gigena, de Villa Gral. Belgrano. No nos conocíamos entre nosotros más que habernos visto en algún que otro encuentro. Ya en el aeropuerto tuve la primera alegría que fue un anticipo de lo que estaríamos por vivir. Las seños me fueron a despedir con un enorme cartel donde aparecían las manos de cada una, incluyendo la del Hermano Mario. Así partí, con cada uno de ellos en mi corazón y estuvieron conmigo durante todo el encuentro.

Al llegar nos esperaba el Hermano Anastasio que durante toda nuestra estadía se ocupó de que no nos faltara nada… Un cartel me llamó la atención sobre el escritorio que había en mi habitación: “Estás en tu casa y entre tus hermanos”. Así fue.

Al día siguiente empezamos a encontrarnos docentes en el pequeño patio de la casa donde nos alojamos, muchos de distintos países: España, Colombia, Perú, Brasil y Argentina. Entre nosotros, los Hermanos. El primer desafío era presentarnos y conocernos. El Hermano Jean Paul lo logró, en menos de una hora cada uno sabía el nombre y el lugar de procedencia del otro.

Participamos de charlas y actividades muy bien preparadas por los Hermanos que nos fueron ayudando a conocer con mayor profundidad el corazón de nuestro fundador, el Padre Andrés y lógicamente, cuando uno conoce a una persona como él, comienza a quererla más. Eso nos sucedió a todos los que estábamos presentes. Escuchar sus cartas, conocer sus inquietudes y desvelos, su celo por ayudar a los pequeños de su ciudad, su preocupación por buscar personas que colaboraran con sus proyectos y que compartieran el mismo amor no sólo por los niños y jóvenes, sino por Cristo. Escuchar cómo con ternura y cariño paternal, asistió a los primeros hermanos que vivieron en comunidad, cómo a pesar de las piedras que aparecían en el camino, muchas veces puestas por quienes más debían animarlo, no perdía el empeño y el entusiasmo para seguir adelante. Su ejemplo de obediencia y laboriosidad fue despertando en todos, admiración y nos permitió entender mejor qué significa ser “corazonista”.

No faltaron momentos de oración, emoción, risas, llantos, cantos y también salidas que nos permitieron conocer la cuidad que nos estaba recibiendo.

Tuvimos la oportunidad de contarnos cómo los corazonistas trabajan en cada uno de nuestros países y visitar las obras que hay en Lima y sus alrededores. Participamos de la entrada de los nenes en la escuela San Judas Tadeo, ver cómo trabajan en Fe y Alegría y también fuimos al Puericultorio. Allí participamos de misa de Pentecostés y rezamos junto a los nenes que viven allí. Ellos tienen una realidad muy distinta a la nuestra, sus papás no pueden cuidarlos porque están en prisión. Los Hermanos junto a colaboradores, los cuidan para que nada les falte, especialmente educación. Fue muy emocionante esa experiencia. Luego nos agasajaron con un rico almuerzo en el que festejamos los cumpleaños de todos los Hermanos que había allí.

Como pueden ver, no todos los corazonistas tienen una escuela como la nuestra, podrán observarlo en las fotos, pero sí todo tenemos un mismo carisma, el de nuestro padre fundador, su amor por Jesús y el encontrarlo en los que más nos necesitan, especialmente niños y jóvenes.

Pero llegó el momento de la despedida. Jesús nos pedía que volviéramos a nuestras comunidades para transmitirles y para vivir ellas, el espíritu corazonista. Doy gracias por esta experiencia vivida, por el cuidado de todos los Hermanos, por su dedicación a los alumnos y docentes, gracias a todos los que compartieron conmigo estos días, a todos los docentes que me acompañaron con su oración, a mi familia…

Los invito a no bajar los brazos para seguir haciendo posible el sueño del padre Andrés Coindre: El Padre Andrés Coindre veía a tantos niños que deambulaban por las calles de Lyon cuyo único futuro era la miseria, la enfermedad, la prisión. Y fue precisamente en las prisiones de Lyon en donde el corazón de Andrés se conmovió profundamente. Lo que vio cuando traspasó las puertas de la prisión se le grabó profundamente en el corazón. Esperaba encontrar asesinos, ladrones, violadores…, pero nunca pensó que allí se encontraban, mezclados con los adultos, muchos adolescentes e incluso niños. ¡Aquellos muchachos no eran delincuentes sino víctimas! Aquel día que traspasó las puertas de la cárcel se encontró con el infierno que tantas veces había predicado. Y su sueño fue que en esos infiernos penetrará el amor de Dios.

Testimonio de Nancy Gigena (Villa Gral. Belgrano)

Cuando me comunicó el Hno. Mario que había sido elegida para asistir a la Sesión de Carisma, me sentí privilegiada, lo sentí como un llamado a lo que mi única respuesta era un sí, casi sin pensarlo. Era el momento para impregnarme del carisma del Padre Andrés Coindre.

Ya en Perú, acompañada por el Hno. Roberto y por Claudia, que no la conocía, una persona muy humana y encantadora, comenzaban nuevas vivencias. Qué decir de los hermanos que conocí en Perú, ¡qué anfitriones! No dejaron escapar detalles, atentos, cordiales, excelentes personas! Los nuevos amigos, representantes de cada país, sencillos, sanos, todos compartíamos un mismo espíritu, el corazonista.

Trabajábamos con ganas de impregnarnos con el carisma del Padre Andrés que mucho de él yo no sabía como también del primer hermano, Xavier. Realmente los días pasaron muy rápido y creo que eso sucedió porque estábamos a gusto, porque compartíamos cada momento y porque también teníamos un tiempo para nosotros, para reencontrarnos con nuestro interior. Realmente ha sido una experiencia maravillosa en la que uno quiere más al colegio, a su gente.

Lima, una ciudad hermosa, con mucha historia y gente muy cordial.

Realmente estoy muy agradecida a todos aquellos que me han brindado esta posibilidad. Un abrazo.

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