Seguimos acompañando a los Corazonistas de Vanuatu
Mientras en nuestros colegios se sigue realizando la colecta para ayudar a nuestros hermanos fuertemente afectados por un ciclón en el mes de marzo, en las islas de Vanuatu (Oceanía), nos llega una nueva carta del Hno. Antonio López García-Nieto, misionero español en la isla de Tanna, que nos mantiene al tanto de los acontecimientos. Que al constatar su necesidad real aumente nuestro compromiso con esta colecta y nuestra oración por nuestros hermanos. También compartimos algunos testimonios de oraciones de niños que nos llegan desde Venado Tuerto.
Queridos amigos:
Hoy no pensaba escribir porque la verdad es que no tenía ni pizca de ganas de ponerme delante del ordenador, pero al final me he decidido. Esta semana pasada hemos estado trabajando a tope, incluso el día 1 de mayo que era festivo y ayer sábado. Ya os podéis imaginar cómo andamos todos, un poco por encima de nuestras posibilidades. Pero todos los que trabajamos en el colegio estamos animados por las ganas de poder abrir pronto las puertas para que puedan volver a estudiar los alumnos.
Ha habido tres equipos, uno que se encargaba de terminar de poner los clavos y tornillos en el tejado del internado de los chicos y del que yo he formado parte. Hemos atornillado a marchas forzadas unos 2.360 tornillos par consolidar las chapas del tejado. Se puede decir que el internado de los chicos está disponible para que puedan entrar los alumnos con una cierta seguridad. Hay todavía mucho que hacer en él para consolidar el armazón, revocar, pintar y un montón de otros detalles, pero por lo menos se puede vivir en él sin peligro.
Otro equipo se ha ocupado de instalar el armazón del dormitorio de las chicas. La cosa parecía más fácil antes de empezar, pero cuando se pusieron a ello se dieron cuenta de los enormes daños que había en la estructura y han tenido que trabajar duro para preparar el hormigón y asentar las vigas. Han tenido que construir de nuevo todos los cabrios de madera (creo que se llaman así en español) pues estaban dañados, en total 6. Luego han instalado las vigas transversales aunque todavía no han terminado de ponerlas todas. En principio habíamos previsto poder empezar a instalar las chapas de cubrimiento esta semana pasada, pero ha sido imposible. Será la semana que viene.
Otro equipo se ha ocupado de reparar los cabrios de las clases de 7º y 12º pero también aquí habrá que consolidar con hormigón el anclaje para evitar que haya peligro de que el viento los vuelva a levantar. En los ánimos estaba poder empezar a instalar las chapas esta semana pasada, pero las cosas también son más complicadas de lo previsto y habrá que ver si la semana que viene se puede empezar a hacer.
La generosa transferencia de la Fundación Corazonistas por fin nos llegó al principio de la semana y ello nos ha permitido comprar bastante material necesario para seguir adelante con la obra. Muchísimas gracias a todos los que estáis contribuyendo a ello. Me gustaría poder daros las gracias personalmente, pero por ahora me resulta imposible.
Bueno, esto era la cal… y ahora viene la arena…Esta noche pasada hemos tenido unos fuertes vientos y lluvias que nos han inundado lo poco que estaba cubierto donde guardábamos el material. Lo único que no se ha inundado ha sido el dormitorio de los chicos. En la sala de informática que tenía una parte del tejado abierto y cubierto con una lona, el viento ha desgarrado la lona y la clase estaba encharcada. Todo lo que estaba por el suelo se ha mojado y una parte de los ordenadores. Gracias a Dios otra buena parte estaba a cubierto de la lluvia donde el tejado no había volado.
En la clase de 12º ciencias, que no había perdido el tejado y donde guardamos todos los libros de la biblioteca que pudieron salvarse del ciclón, el agua entraba a raudales proveniente de la clase de al lado, 12º letras, que tiene sólo la mitad del tejado. Por lo tanto todo se ha encharcado y las cajas que estaban por el suelo se han mojado.
En el internado de las chicas en que el tejado está todo al descubierto, todos los colchones que estaban en un rincón se han encharcado y también algunas herramientas se han mojado.
En nuestra residencia, yo he pasado parte de la noche achicando agua de la habitación pues entraba por tres lugares distintos. Ya sabéis que vivo en una chabola, con unos plásticos que cubren el techo y unas chapas por encima que están llenas de agujeros, así que no es extraño que con el chaparrón que nos ha caído y el viento que lo acompañaba haya entrado agua a cubos.
Todo el día ha estado soplando un viento muy fuerte, tanto es así, que aunque era domingo, me he decidido a subirme al tejado de la clase de 12º para atornillar las chapas que pusimos ayer al final del día y que sólo estaban clavadas provisionalmente. No quería que el viento nos jugase otra mala pasada. También he estado itentando arreglar las chapas de la sala de informática.
Así que, con todo lo que os cuento, ya os podéis imaginar por qué estoy bastante cansado físicamente pues no paramos y siempre sale algo nuevo a lo que ha que hacer frente con urgencia.
También os podéis imaginar por qué estoy bastante cansado psíquicamente y es que continuamente surgen cosas que impiden avanzar y que te tientan para que caigas en el desánimo, como hoy con el viento fuerte y la lluvia.
Hoy, el evangelio de este domingo nos presenta a Jesús como la viña y nosotros los sarmientos. He tenido una larga meditación de la que quiero compartir algo con vosotros. En mi oración me he fijado especialmente en estos versículos:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo poda, para que dé más fruto.” Yo creo que el Señor nos está podando y de lo lindo, lo cual quiere decir que la obra que estamos haciendo es obra de Dios, que ya hemos estado dando fruto y que después de todos estos avatares saldremos más fuertes y afianzados en Cristo; daremos sin duda alguna mayores y mejores frutos.
“Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.” Y lo importante en todo este asunto es permanecer muy unidos a Jesús, la viña por la que nos viene la savia, la vida, el ánimo, la esperanza. Por eso me gusta meditar estos días también este versículo: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso” ¡Cómo lo estoy viviendo estos días! ¡No sabéis hasta qué punto!
“Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.” ¿Qué podría hacer yo por mí mismo? Sí, dejarme llevar por la tentación del cansancio y del desánimo y dejar caer los brazos. Eso es lo que yo haría si estuviera solo y si detrás de mí no estuviese la fuerza del Espíritu de Jesús que me da ánimos para seguir adelante y esperanza en medio de las dificultades.
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.” Y hoy he pedido intensamente al Señor que podamos salir adelante, reconstruir el colegio cuanto antes, reconstruir la residencia de la comunidad, volver a encontrar el camino de la normalidad. Estoy seguro de que así será. Es la Palabra de Jesús que es viva y eficaz.
“La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.” Pues nada, según las perspectivas de la poda drástica que está llevando a cabo con nosotros, no hay duda de que daremos mucha gloria a Dios con los frutos venideros y que nos afianzaremos cada vez más como discípulos de Jesús.
Uno de vosotros, en una de sus cartas de esta semana me decía que en mi último mensaje me encontraba como decaído, desconsolado, desilusionado… A lo mejor daba esa impresión en mi forma de expresarme, pero no lo viví así. La carga era pesada y dura, como sigue siéndolo, pero lo vivo con una gran esperanza. Cansado sí, y agobiado, también, pero puestos los ojos en Jesús, fuente de consuelo y de descanso, que con la cal y la arena que nos va dando, va construyendo cada día su obra.
¿Cómo voy a estar decaído, desconsolado o desilusionado teniendo a tanta gente solidaria como vosotros que me estáis apoyando? Eso es imposible. Hay un movimiento de solidaridad muy grande alrededor de esta causa. No sabía yo que tenía tantos amigos. Y a los verdaderos amigos se les conoce en los momentos difíciles pues están ahí para sostenerte y no dejarte caer. Muchísimas gracias a todos por vuestro apoyo y vuestra oración.
No tenía ganas de escribir y casi escribo un libro… Ya me perdonaréis
Seguimos muy unidos por la oración.
Antonio López García-Nieto