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Para vivir mejor la Cuaresma


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Desde el Miércoles de Ceniza al Domingo de Ramos, durante cuarenta días, la Iglesia vive el tiempo que llamamos de Cuaresma. Es un tiempo que se nos regala para preparar el corazón en el camino al principal acontecimiento del año cristiano: la Pascua. Compartimos con ustedes esta breve reflexión sobre escrita por el Hno. Javier Lázar, Superior Provincial.

“Cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mt 6, 6)

Estamos en el tiempo de Cuaresma, de preparación para la Pascua, para la Vida Nueva que Jesús nos regala. Necesitamos la conversión del corazón, el cambio interior, el deseo de encuentro sincero con nosotros mismos y con Dios. No sirven las apariencias, sólo la verdad que nos lleva al bien. Es positivo dar buen ejemplo a los otros, pero no se trata de que nos aplaudan, sino de unirnos e identificarnos con Cristo. Deseamos aprender en la confidencia, en relación personal con quien sabemos que nos ma. Él siempre nos espera en lo más secreto del corazón.

Al invitarnos a hacer penitencia y a mortificar nuestro cuerpo nos está enseñando a hacer oración con todo nuestro ser: cuerpo y alma. También se ora con la postura y las privaciones corporales. Nuestros gestos hablan de la actitud interior. El cuerpo ayuda a nuestro espíritu. El hecho de no dejarnos llevar por las apetencias corporales y de que orientemos nuestro espíritu hacia el bien, facilita que nuestro ser esté unificado y encendido en el anhelo de estar en Dios. Es la hora de buscar el momento y el lugar para estar en oración, para que “todo lo que hagamos sea para su gloria” (1Co 10,31).

Hno. Javier Lázaro

También les dejamos un video que rescatamos de la red, que muestra con un lenguaje diferente la diferencia de vivir la vida o no con Cristo y la importancia para nosotros de su Resurrección.

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